“X-Men: Days of Future Past” es la típica historia donde todo se va al infierno así que tienes que mandar la consciencia de aquel que puede aguantar el daño causado por el viaje en el tiempo al pasado para arreglar todo lo que ha sucedido antes de que suceda. Y con esto tenemos el primer problema de la película, viajar en el tiempo siempre trae consigo una serie de cuestiones como ¿Porqué no viajar antes y estar aun más seguros de que no suceda? Pero bueno, ignoremos la logística ya que hablamos sobre una película sobre mutantes con superpoderes que pelean contra robotsotes que vuelan, si la trama nos dice que tenemos que estar en los 70s, pues vámonos a los 70s.
Situada 10 años después de los sucesos de X-Men: First Class (además del futuro caótico un par de décadas después) nuestros héroes deben de detener a alguien, de hacer algo para que esto y el otro no suceda (no puedo decir mucho sin “spoilear” y arruinar toda la película) y aquí otro problema, mientras que la mayoría de la historia se lleva acabo en los 70s, con Professor X (James McAvoy) y Magneto (Michael Fassbender) al frente de la lucha, el conflicto aun pertenece a la línea del tiempo de las películas de Bryan Singer y no obtenemos ninguna actualización de los personajes, ni ningún tipo de evolución (lo cual es irónico ya que la evolución ha sido uno de los temas principales de estas películas) y todo para unir el resto de las películas previas de los X-Men y supuestamente corregir algunos errores del pasado (algunas de las mejores partes tienen que ver con cameos de personajes pero al final son sólo eso, cameos). Me pregunto si Wolverine ¿no pudo haber viajado en el tiempo para detener que su película existiera? Y ya que andamos viajando en el tiempo pues que también hubiera detenido la producción de “X-Men: The Last Stand”. Mientras que Days of Future Past si da cabida para un nuevo comienzo, aun nos deja con preguntas sin respuestas y con la inconsolabilidad de que siempre van a existir tropezones cuando se trate de ciertas películas anteriores en el canon de los X-Men.
Days of Future Past se hunde con el peso de las entregas anteriores ya que tiene que cargar con toda la mitología establecida a través de los años ya con 4 películas de los X-Men y 2 de Wolverine; además de la necesidad de fusionar First Class con todo lo que Bryan Singer estableció desde un principio. Sî tengo que admitir que integrar una de las historias mas icónicas en la existencia de los X-Men en el mundo de los comics (Days of Future Past) bien puede ser la más inteligente y mejor manera de restablecer la continuidad y empezar de nuevo, pero ¿es suficiente para justificar el amalgama de personajes y trama que quieren mezclar en su versión fílmica? Considerando todo lo que quisieron incluir se tuvieron que hacer varios sacrificios como los propósitos de Kitty Pride (Ellen Page) y Bishop (Omar Sy), sólo terminamos con un vistazo a lo que es el futuro (y desafortunadamente esto significa que no hubo un homenaje a una cierta portada icónica de los comics), los centinelas fueron súper desaprovechados, tuvieron que quitar a una serie de personajes para acomodar exposición de la trama y dejarnos sólo con un par de mutantes (los que “importan”) que al final no nos dejan con nada nuevo. Yo sólo quería saber que había pasado durante esos 10 años que pasaron en las vidas de aquellos que nos presentaron en First Class, a la mayoría nada más los sacaron por completo así nomás porque si, simplemente ya no cabían en la historia. Hay elementos que nos los dejan abiertos, así que hay posibilidad de que algunos regresen, pero Days of Future Past es prácticamente X-Men: La gran reunión mutántica de Bryan Singer. Debido a esto, el hecho de reconciliar lo nuevo con lo viejo termina siendo una espada de doble filo.
Si tengo que agradecer que esto no se haya convertido en el gran show de Wolverine, la película trata más sobre Mystique (Jennifer Lawrence) que del mutante greñudo. Una de las grandes fortalezas de la película es su elenco; por más ridículo que se vea Fassbender con el casco de Magneto, sus escenas son emocionantes, llenas de grandeza y poder mientras controla todos los metales a su alrededor. McAvoy nos presenta con la mayoría de los conflictos dramáticos de la película y hace que funcione la lucha de Charles Xavier por darle sentido a su existencia. Lawrence hace lo mejor que puede considerando que tiene que trabajar siempre de azul y con una actitud cínica y melancólica como Mystique, aunque en pro de la trama sólo termina siendo un McGuffin humano, pero eso si, con suficientes momentos para verla patear trasero; y por supuesto tenemos al gran Wolverine, después de 5 películas con su presencia ya me he sentido cansado de él, pero no puedo negar de la gran labor realizada por Hugh Jackman, si hay algo que valga la pena al ver todas sus películas es Jackman que al igual que Robert Downey Jr. y Iron Man, se ha adueñado del personaje con gusto y rudeza.
Tenia ciertas preocupaciones antes de ver la película, principalmente que al tener a Bryan Singer como director, habría mucha algarabía y un descoser de lo que se estableció en First Class. Esas preocupaciones se convirtieron en hechos. No hubo espacio para contener lo que hizo a “X-Men: First Class” tan cool. No es una mala película, tiene varias cualidades buenas como en ciertas escenas con otros mutantes, en especial una con Quicksilver (Evan Peters) que desafortunadamente son relegadas a simples olas en un mundo de exposición de trama y de drama mutante entre los personajes principales. En sí, una mezcla extraña de todo lo que se ha visto en el cine concerniente a los X-Men, me siento con opiniones encontradas pero de algo estoy seguro, a pesar de todo, estoy bastante emocionado para la siguiente entrega, “X-Men: Apocalypse”. Algo han estado haciendo bien.